Este ejercicio de mindfulness (atención plena) nos ayuda a relacionarnos mejor con nuestros pensamientos y emociones, negativos o positivos. Aprendemos a observarlos imparcialmente sin identificarnos con ellos, considerándolos meros fenómenos cognitivos. Esto nos ayuda a traer la mente al momento presente, calmar la agitación mental, reducir el estrés y la ansiedad.
Para comenzar, este ejercicio de mindfulness adopta una posición cómoda con la espalda recta pero no tensa. Y puedes traer tu atención al momento presente utilizando alguna sensación física como tu propia respiración o la sensación de estar sentado o sentada. Y a continuación intentaremos realizar una práctica de mindfulness en las emociones. Intentando reconocer cualquier emoción que surja durante este ejercicio sin provocarlo, simplemente estando atentos. A cualquier emoción o sentimiento que puede surgir. Para ello estamos también atento a las sensaciones agradables o desagradables que pueden. Aparecer ante nuestra conciencia. Y podemos mantenernos concentrados en la sensación de la respiración. Inhalando y exhalando a tu propio ritmo, sin forzar o modificar tu ritmo de la respiración. Pero al mismo tiempo, cuando notes algún pensamiento, sensación. O emoción. Date cuenta de ello. Primero intenta simplemente observarlo sin modificarlo. Siendo amable contigo mismo y. Trata de no engancharte en ninguna historia mental. Regresando tu atención a la respiración. Y hay momentos en los que quizás no nos damos cuenta de que hay alguna emoción o que estamos por experimentar algún tipo de emoción. Y para tomar conciencia de esto, podemos también llevar nuestra atención a las sensaciones y notar cómo cuando percibimos una sensación de agrado, una sensación que nos gusta. Al cabo de algunos momentos, quizás queremos que esta sensación continúe. Y si la experimentamos por algún tiempo. quizás sentimos una emoción positiva o agradable. Pero si nos aferramos a esta sensación de felicidad o de comodidad, cuando esta sensación cesa. Entonces percibimos desagrado. Y Este desagrado o sensación incómoda, puede dar pie a generar una emoción negativa o perjudicial. Así que durante los minutos restantes de esta práctica, intentamos solamente darnos cuenta de cómo las sensaciones y las emociones están muy relacionadas. Cuando nos identificamos. Con estas sensaciones o pensamientos, es decir. Cuando pensamos que estos fenómenos mentales existen de forma sólida o concreta. Sin embargo, estas sensaciones, pensamientos, ideas, dependen de la calidad y el modo de atención que ponemos en ellos. Mantén tu atención en la respiración. Estando consciente de las sensaciones y las emociones. Sin perseguir un objetivo en particular, no estamos intentando generar una emoción especial, pensamiento en especial, solamente estar ahí presentes, cultivando la capacidad de poder observar y mantenernos con una actitud ecuánime. Inhalando y exhalando. Considerando los pensamientos como meros fenómenos mentales. Y después, cuando estés listo, o lista puedo decir, relajando tu atención, abrir tus ojos a tu propio ritmo y concluir este ejercicio.
Más meditaciones
Contacto y citas